15 de junio de 2013

Excusas, justificación injustificable


“Quien quiere llegar, busca caminos; quien no quiere llegar, busca excusas” Vicente Cassanya


Había una vez…alguien que dijo: “A BUSCAR CAMINOS ENTONCES” y en vez de buscarlos se quedó con las excusas…
Y así comenzó una historia, de las muchas que hay para contar…
Las hay por miles…
Justificaciones, defensas y descargos (bla…bla…bla!)

EXCUSAS: elusión de COMPROMISO Y COHERENCIA.
 Así de simple.
“El que quiere hacer algo, conseguirá un medio, el que no, una excusa”. Stephen Dolley

¿Qué hace que las personas busquen excusas? ¿Cuándo son válidas? ¿Es que alguna vez lo son?
Nunca son válidas
Como en todos los temas anteriores, no podríamos abarcar las miles de razones que llevan a un ser humano a procurar subterfugios en vez de encararse con la verdad, esto implicaría hablar de otros miles de motivos que son cubiertos por ellas.
 “La manera más profunda de sentir una cosa es sufrir por ella”.Gustave Flaubert
Hoy nos circunscribiremos a esas que causan un gran dolor, las que provienen de las personas que más nos importaron, las que más quisimos y que por mucho que pretendan argumentar sobre ciertas acciones disfrazándolas con el velo de la ambigüedad, no lograron otra cosa que causar heridas…esas que van directo al corazón, como gérmenes casi letales y de las que cuesta mucho rehabilitarlo:
La desilusión, el desencanto, la tristeza
Las justificaciones son evasivas, HERRAMIENTAS QUE USAN LOS COBARDES, personas incapaces de reconocer que no pueden asumir retos y que apresuraron sus actos o palabras sin contemplar más que su euforia temporal.
Las usan mayormente aquellas personas que no pueden ponerse de frente a su propia verdad, entonces se inventan, rebuscan y adornan una situación para esquivar otras.

EXCUSA=MENTIRA
¿Cuántas veces escucharon decir: “Siempre podrás contar conmigo”, “Yo estaré cuando me necesites”, “Sos lo más importante para mí”, “Nunca te fallaré” y mil frases hechas más?
¿Muchas, verdad?
Creo que a todos nos sucedió… y que esas personas que las dijeron, fueron precisamente LAS QUE NO ESTUVIERON, con las que NO PUDIMOS CONTAR,  LAS QUE NOS FALLARON/TRAICIONARON, o para las que no fuimos lo SUFICIENTEMENTE IMPORTANTES.
“Súfrase, y no se reprenda lo que excusar no se puede”.Séneca

Porque no se puede excusar cualquier cosa  así como así. Hay que comprender que los actos y las palabras emitidas tienen consecuencias y es de persona íntegra HACERSE CARGO DE ELLAS. Para bien o para mal… mejor, con la verdad y nunca con la indiferencia. ¿Quién podría confiar en alguien que obra de esta manera? No se vuelve esa persona alguien con poca credibilidad?
No todo es “justificable”… podemos cambiar de opinión, claro, es nuestro derecho…pero NO PODEMOS obviar darlo a conocer a quien corresponda, ni podemos fluctuar entre opiniones sin correr el riesgo de herir seriamente a otros.

Sea quien sea: un amigo, un familiar o una pareja que dice quererte, no te “elimina” de su vida sin una razón, si lo hace es una persona cobarde. ¿Cómo rebatirlo?
Las excusas no son razones. Ni las razones excusas, salvo que SE PRETENDA ARGUMENTAR UNA POR LA OTRA.
Las razones son motivos, causas que cada uno tiene según sus creencias, sus mandatos y su manera de sentir.  Pero no es aceptable acreditar que no sean expresadas a quien corresponda, con el equilibrio que el tacto demanda.

Otra severa y desdichada conducta es esconderse en el desasosegante silencio, esperando que el otro “adivine” el cambio de postura…

Es igualmente, un acto de cobardía.
Sin vueltas y sin EXCUSAS:  
*Quien NO ESTUVO, cuando más se le necesitaba, no hizo honor a sus palabras.
*Quien NOS FALLÓ, se falló a sí mismo.
*Quien NO SOSTUVO SUS PALABRAS,  no es creíble.
Hay que saber y admitir que algunas personas hacen “efecto espejo” para justificarse, que entienden lo que quieren o les conviene entender para acallar las voces de la ineludible conciencia y que antes que hacerse responsables de su faltas, buscan la fácil salida del “No me di cuenta”…como si esa ligera frase fuese la llave mágica que libera las culpas, o evitara causar heridas. De eso también se trata: de “acomodar” las culpas…o llamémosle RESPONSABILIDADES… de cualquier modo, lo que cuenta es si las personas dimensionan la profundidad de éstas.
Aceptar esta conducta, es avalar el engaño. Es dejarse herir. Es permitir que nos manipulen. 
Las excusas laceran el corazón
Es indiscutible que la llaga es más dolorosa cuando quien nos falla es en quien confiamos, a quien le creímos, de quien pensamos que lo que nos manifestó provenía de sus más arraigados sentimientos.
Cuando descubrimos que no era así, el impacto aturde los sentidos, te deja confuso y hasta humillado, con una sensación de haber sido burlado.
Y duele…cómo duele!!!
Miles de interrogantes se agolpan en mi mente...


¿Por qué las personas emiten palabras sin medir su verdadero alcance? ¿Será acaso que les gana la emocionalidad del momento, así, sin más? ¿O tal vez sienten que quedan bien al proferir esas frases armadas, emotivas y estimuladoras y con eso sus conciencias toman cómodo descanso?
¿Podrán esas personas obviar que lastiman hondamente a quienes creen en ellas?

¿Por qué no evitar generar expectativas o ilusiones, cuidando y guardando las rimbombantes palabras  antes de lanzarlas al aire cual si no tuviesen más valor que el de la sensación del momento? 
“Quien sabe de dolor, todo lo sabe”. Dante Alighieri
Mucho más delicado es cuándo se involucran los sentimientos. Desde un “te quiero” mecanizado, falto de sustento hasta aquellos que livianamente dicen “TE AMO”, conducidos por un impulso sin importar el valor intrínseco de esas palabras…a veces hasta confundidas cual si fuese sinónimo de DESEAR…
Escasean los que conocen la diferencia.
Podría contar largas historias sobre esto, pero estoy segura que este pequeño relato que sigue les resultará a muchos familiar, sea por vivencia propia o ajena ya que es uno de los tantos y frecuentes casos del tema que nos tratamos hoy.
Un alguien se enamora de otro alguien,  parece morir de amor por sus palabras y  no duda en decirle “Yo te amo”.
Ambos se enamoran, pero hay circunstancias que no les permiten estar juntos en primera instancia. ¿Qué haría alguien que AMA VERDADERAMENTE? No hace falta responder ¿verdad? Todos sabemos que el AMOR no admite excusas, lucha y se esfuerza por encontrar el camino.
 En este caso, el alguien que dice amar, no mueve un cabello para conseguir sortear los obstáculos hacia su amor, la otra parte sí. El mismo alguien que dijo “Yo te amo”, abandona el incipiente romance con fútiles excusas, no admitiendo jamás su falta de coraje, traspasando su inacción y JUSTIFICANDO injustificablemente. De un instante a otro se la ve llamando “Amor” a un nuevo alguien… ¿Es esta una persona creíble? ¿Parece acaso alguien que reconoce el valor de AMAR y las consecuencias y heridas que produce la cobardía de no sostener palabras que emitió sin dimensionar su alcance? De eso se trata este tema. De los “alguien” que no piensan en los otros “alguien” sino en si mismos, en sus urgencias, en sus necesidades inmediatas…
Es tan alto el porcentaje de desapego emocional que resulta dolorosamente preocupante. Me atrevería a decir que el noventa por ciento de las personas esquivan la responsabilidad de sus palabras, de su trascendencia, de las ilusiones creadas y de las promesas hechas en estado de embriaguez emocional…
Se siente cual pandemia, se siente macabro…se siente intensamente triste…


En todas las relaciones humanas: de amistad o de pareja.

 “La dificultad es una excusa que la historia nunca acepta” Edward Roscoe Murrow.
Así como dice la cita, no es la dificultad, es la excusa de ésta. Es lo que hace que sea lamentable.

Debería existir un manual de instrucciones para no causar daño, que en un capítulo enseñe que si alguien dice “TE QUIERO” tendrá que demostrarlo con sus acciones. Que en otro, explique que AMAR y decir TE AMO involucra mucho más que emitir las palabras, dedicar poemas y canciones o mandar mensajes, sentir deseo físico o estar urgido de compañía. Y como epílogo que concluya que quien incumpliera con lo enseñado, debería releer el manual hasta lograr la comprensión privativa: QUE NO SE PUEDE JUGAR CON LOS SENTIMIENTOS DE NADIE NI SIQUIERA POR OMISIÓN. QUE NO SE DEBE IR DEJANDO TRISTES HUELLAS, LÁGRIMAS Y PESARES AL COSTADO DEL CAMINO, NO SIN HABER INTENTADO EVITARLAS.  


Muchos dicen que saben bien lo que es AMAR y yo me pregunto ¿Lo saben o creen que así es?
Hoy no voy a explayarme sobre el amor, será en la próxima…solo diré que AMAR es primordialmente ser COHERENTE, condecir las palabras con los actos pero sobre todo: SOSTENERLOS, quien no entiende ese principio NO AMA, emite palabras motivadas por la alteración del momento, sin más.

Un pequeño ejemplo de AMOR VERDADERO:
¿Quizás una madre que ama a sus hijos les diría “te amo” y luego no volvería a hablarles? ¿O acaso les diría: creí que los amaba, pero voy a ver si  otros hijos me convienen más, me traen menos problemas? O… ¿Tal vez les daría vuelta la espalda cuando la necesitan?  Ustedes conocen bien la respuesta!!!
El  amor es uno solo, que se manifiesta tanto en la amistad, como en la pareja y la familia,
UNO SOLO
Lo demás es espejismo, deseo o urgencia de compañía.

"No es el desafío lo que define quiénes somos ni qué somos capaces de ser, sino cómo afrontamos ese desafío: podemos prender fuego a las ruinas o construir un camino, a través de ellas, paso a paso, hacia la libertad".Richard Bach 
No es  cuestión de comprender, sino de QUERER comprender…porque quien SI entiende lo que significa “Te quiero” o “Te amo”:
Lo siente, lo cree. Quien lo cree, espera, quien espera y encuentra excusas, sufre y quien sufre queda atrapado por el dolor…
"El veneno más letal, es el dolor en el corazón" Sherwin John Delfin Regalado
El dolor pasa, la herida puede cerrar, pero la cicatriz no desaparecerá nunca.

La cobardía no es un atributo agradable. Aunque sea regida por el miedo, es un acto de desamor, de falta de compasión por el prójimo, de valor por los sentimientos ajenos.

“Las excusas no son más que medios para esconder nuestros miedos a enfrentarnos y aceptar la realidad”. ALEX MONTROSE
Se dice que el dolor enseña, que es un gran aprendizaje…tal vez sea así…pero hay que transitarlo, hay que superarlo y no todos pueden al mismo ritmo…hay de los que borran con extrema facilidad lo que no pudieron enfrentar, quienes niegan para no sufrir, quienes hacen sus duelos y siguen hacia adelante mirando con mayor atención el camino a recorrer y no falta quien queda prendido largo tiempo del desengaño…
Así se cumplimenta la diversidad.
Las palabras están llenas de falsedad o de arte; la mirada es el lenguaje del corazón.
W Shakespeare

Pobre de aquel a quien le suceda ser destinatario de las excusas de esos “alguien” que andan por el mundo cambiando de opinión como de ropa interior, que desilusión acarrea toparse con personas cobardes que no aprecian ni comprenden el valor de arriesgarse, que caminan por la superficie, que buscan la inmediatez al costo que sea, propio o ajeno…que tristeza que haya gente que no pueda ver más de lo que tiene enfrente!!!
Allí donde está el dolor, está también lo que lo salva.
Friedrich Hölderlin
Sabia reflexión de Moliere!!!

Mi conclusión sobre el tema, es que aún heridos, aún defraudados, aún traicionados, podemos buscar en ese diez por ciento que enfrenta la vida sin excusas, que se arriesga, que juega limpio, que sabe y reconoce el valor y sentimientos ajenos, y aliarnos para sumar cada vez más personas con convicciones y valores, que dan sentido al COMPROMISO siendo coherentes consigo mismos y con el resto.

“Dices que no puedes más. Aún volverás a sufrir, y a amar, y a sufrir de nuevo, y a gozar otra vez y otra y otra. Sólo morirás una vez, eso es lo único que no podrá repetirse, pero la vida es una continua repetición”. Vicente Gaos 

Creo que a veces una gran desilusión es lo mejor que puede pasarnos. Nos hace más sabios, nos muestra quienes merecen nuestros más puros sentimientos y quien no es para nosotros. Es un “empujón” para mirar con nuevos ojos la vida y recomenzar una y otra vez en búsqueda de lo que nos haga verdaderamente felices. 

 “Nuestras ilusiones no tienen límites, probamos mil veces la amargura del cáliz y, sin embargo, volvemos a arrimar nuestros labios a su borde. François René de Chateubriand