“La amargura y el orgullo son
hermanos gemelos; el mal humor y la irritabilidad son sus inseparables
acompañantes”.
Madre Teresa De Calcuta
Puede parecer difícil discernir entre “orgullo”,
esa sana satisfacción que sentimos por un logro propio o ajeno, que nos colma
de felicidad y el otro lado de la moneda de esta misma palabra, ese que nos
muestra un aspecto negativo, tan distante uno del otro, donde se exhiben particularidades que no
se condicen en lo absoluto con este primer concepto. Pero no lo es, son dos acepciones diametralmente opuestas y son claramente diferenciables.
Muchas veces nos preguntamos si el orgullo, en su cara
negativa, es una faz de la personalidad
internalizada, o una coraza a modo de protección (que esconde una gran
inseguridad), un mal aprendizaje o una elección, propia de una negación a los
valores esenciales de una sociedad sana.
¿Qué y porqué del ORGULLO en su acepción negativa?
El orgullo es íntimo amigo de la vanidad, del
engreimiento, la inmodestia, la arrogancia…todos sinónimos que representan particularidades
de personalidades no aceptadas socialmente…
“El orgullo lleva consigo un castigo, la necedad”.
Sófocles
El orgulloso, si no logra comprender lo dañino que
resulta para sí y para los demás, es alguien necio.
El orgullo es un veneno para quien lo padece. Corroe por
dentro, mata
El orgullo levanta muros infranqueables entre éste y su
entorno.
“Si eres orgulloso
conviene que ames la soledad; los orgullosos siempre se quedan solos”.
Amado Nervo
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Estas son algunas características que los definen.
Ø El que suele callarse lo que se siente por temor a mostrar debilidad.
Ø El que no pide porque cree que pedir es rebajarse de nivel.
Ø El que cree que su voluntad predomina sobre las demás y por ello no cede en
sus posturas.
Ø El que no reconoce errores, al menos públicamente.
Ø El que no perdona, deja prevalecer el resentimiento.
Ø El que al orgullo le agrega la manipulación para lograr sus objetivos.
Ø El que muestra gran insensibilidad por las cuestiones ajenas, indiferencia al dolor de otros… solo pesan sus
conflictos, minimizando los de otros.
MIENTRAS QUE…
ü Lo que suelen creer que es signo de debilidad, solo evitan mostrar los
sentimientos profundos, los que revelarían su interior. Es común que utilicen el
mecanismo de negación.
ü Lo que impide que pidan algo a otro, intenta mostrar autosuficiencia,
omnipotencia. Un orgulloso no pide porque eso le supone mendigar, rogar,
rebajarse… pero suele reclamar lo que no le fue dado. Cree que “le debe ser
ofrecido” por derecho natural. (claro, de él no del otro) El reproche es su
estandarte.
ü Reconocer errores sería mostrarse semejantes al resto, vulnerables,
comunes…algo que no desea el orgulloso, prefiere sentirse superior.
ü Perdonar errores ajenos no es para un orgulloso, elijen mantenerse en la tozudez, generando resentimiento, utilizando
el reproche para manipular al otro. Son comunes las frases “no me valoran”, “no
saben lo que se pierden” “ya me van a valorar”…
Es una cuestión de “poder”. El
orgulloso tiene una autoestima exacerbada, o como dijimos una tremenda
inseguridad que tapa con ella.
ü Y por último mostrar insensibilidad por los semejantes es una forma de posicionarse
en un escalón superior: YO valgo más, vos menos.
Todos estos rasgos se relacionan entre sí,
algunos prevalecen y a veces están presentes todos juntos, y otras tantas vienen
acompañadas de un gran autoritarismo, una imagen de frialdad y superioridad, que insisto, suele enmascarar a un débil.
El orgulloso siempre está en competencia, con
los otros, a ver “quien es mejor”, y consigo mismo auto desafiándose,
permanentemente sintiéndole poco valorado, sensación a mi entender, producto de
su falta de empatía.
“De la rivalidad no puede salir nada hermoso; y del orgullo, nada noble”. John Ruskin
El orgullo confunde los valores, y así pierde muchas cosas: oportunidades, amores, amistades…
Los romances terminan, las personas se van, mueren,
y el orgulloso, soberbio o el que mantuvo en alto su máscara, deja ir… pierde
aún quedándose con el corazón lastimado, muchas veces con dolor y duda…pero sin
poder romper las cadenas que aprisionan su alma…
“A través del orgullo
nos engañamos a nosotros mismos”. Carl Jung
Porque el orgullo separa, inevitable e inexorablemente.
No resulta fácil para un orgulloso vivir en una
sociedad competitiva, el necesita reafirmar su autoestima, su poder, su
superioridad, ser reconocido como alguien diferente al resto…y se pasa la vida
intentando vivir con la máscara puesta creyendo que el resto no notará que
detrás hay una persona que tal vez padezca mucho mas de lo que pudiesen
imaginar.
“El orgullo separa mas que la distancia”
El orgullo en
el amor
Aquí se ponen de manifiesto claramente las
características que mencionamos.
Hay hombres y mujeres de todas las edades, que
en la pareja buscan el lugar de poder, y de no conseguirlo aplican el orgullo
como forma de manipulación.
Cuando el orgullo grita, es
que el amor calla.
Lamentablemente, muchos lo consiguen. Hieren de muerte la relación por
desgaste, por no ceder y comprender que el amor no admite rivalidad, orgullo,
capricho y mucho menos manipulación.
Se trata de comprenderlo, de buscar dentro de cada uno estas formas que
deterioran y causan la letal herida.
¿Es igual orgullo a vanidad?
No lo se, pero se parecen.
La vanidad es otra característica desagradable para
quienes la observan desde fuera. Pero como en el caso del orgullo, no lo asumen
quienes lo acarrean.
Y también levanta muros. Alto, difíciles de sortear y con
el paso del tiempo…cada vez mas altos.
Porque ese hálito de superioridad del vanidoso, apunta a
disminuir las cualidades de sus semejantes, y aun de no conseguirlo igualmente
genera rechazo. Ya lo dijimos, orgullo y vanidad son hermanos gemelos…
“Una onza de vanidad deteriora un quintal
de mérito”.
Proverbio turco
Proverbio turco
Es
la vanidad un ego exacerbado?
Si
creo que eso es…una visión magnificada del propio yo.
Una
forma mas de distorsión del yo con respecto al tu. Una falta de empatía que
asegura al igual que el orgullo, la soledad o el aislamiento.
"La verdad purifica;
la vanidad mancha".
San Agustín
La más segura cura para la vanidad es la
soledad.
Thomas C. Wolfe
La arrogancia, la vanidad o engreimiento, separan,
corroen lentamente las relaciones humanas hasta que el titular de dichas
características se encuentra aislado de alguna forma, o con una marcada soledad
(aunque por cuestiones laborales y aun sociales esté en contacto con muchas
personas).
La distancia es invisible, pero tangible
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La pregunta que surge es ¿Por qué una persona deja
prevalecer un rasgo tan poco valorado si no aporta beneficios a su vida?
-Porque no pueden reconocerlo. Reconocer es el primer
paso para cambiar.
-Porque no han descubierto aún que la sencillez de
espíritu, la sensibilidad abren las puertas que el orgullo o la vanidad cierran.
-Porque tal vez aún no hayan perdido irremediablemente
algo, o si sucedió delegan la responsabilidad en el otro… El/ella no hicieron
lo debido…nunca “yo”
-Porque la coraza se adhirió a su carne y quitarla sería
dejarlos en carne viva…y no todos tienen la valentía de enfrentarse con esto.
-Porque la creencia sobre si mismo (Yo no pido a mi me
dan o no me interesa) refuerza su auto imagen de “fuerte” “inmutable” pero es
solo eso IMAGEN. Una que se formaron distorsionadamente y no logran ver.
Es amor propio mal comprendido
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Hay muchos pero muchos que sufren silenciosamente en la
espera de lo que les debe ser dado y dejan trascurrir la vida, las
oportunidades de luchar por algo que realmente desean o vale la pena, por
privilegiar la aparente fortaleza, la rudeza disimulada o no que termina siendo
ni mas ni menos que una personalidad caprichosa, inmadura.
La edad o el sexo no son privativos.
Quererse es el principio de amar a los demás, posicionarse
en UNICO SER VALIOSO es de débiles.
De
la rivalidad no puede salir nada hermoso; y del orgullo, nada noble. John Ruskin
Creemos conciencia, en nosotros, en nuestros seres
queridos, en todos a nuestro alrededor, En cada una de nuestras manos está la
oportunidad de aportar algo para un cambio positivo.
No debemos dejar que estas negativas cualidades sean
obviadas para evitarnos debates o conflictos. Es responsabilidad de todos
llevar luz a quienes no la tienen.
Despertar a otros a nuevas realidades como tantas veces
dijimos, es un viaje de ida y de regreso. Lo que damos, nos es devuelto en
doble medida
Ya no hay excusas para no despertar a una vida mejor,
tenemos las herramientas, es nuestra obligación usarlas.
Hasta pronto!