25 de agosto de 2015

TRAICIÓN: 8 letras desleales


Hay tantas formas de traición que enumerarlas sería imposible. 
Si podría decir que las hay de mayor o menor grado, según el daño que hubiesen causado.

Veamos…

¿Alguna vez un amigo que te dejó saber cuán inquebrantable era la amistad entre ustedes, un buen día, de un momento a otro…te dejó en el olvido?
¿O quizás te haya sucedido que te dijeron que el amor que te profesaban era intensamente verdadero, que vencería toda dificultad…y ante ella se rindieron sin el menor esfuerzo?
¿Tal vez entregaste un secreto a alguien que te merecía plena confianza y esa persona lo divulgó?
¿Compartiste con alguien de tu amistad cercana un deseo, proyecto o aspiración, creyendo que te ayudaría a obtener lo buscado y esa persona se adelantó consiguiéndolo para sí misma?
¿Hubo en tu vida alguien que te prometió ser sincero, honesto, jamás mentir y descubriste que una, otra más otra vez, incurría en estas faltas sin contemplaciones?
¿Descubriste que tu pareja te había sido infiel? O tal vez ¿Qué mantenía relaciones paralelas por mucho tiempo?
¿Alguien que te inspiraba enorme credibilidad te colmó de ilusiones, planes, promesas y luego como por arte de magia, esa persona se olvidó de lo dicho y te quedaste con la tremenda sensación de frustración que ello produjo?
¿Acaso te ocurrió que una persona de la que suponías un aprecio sincero, te difamó o deshonró, manchando tu imagen por causa de su propia frustración, envidia o cualquier otra injustificable razón?
¿Tuviste un jefe o compañero de trabajo que al verte destacar por tu carisma, desempeño o capacidad para ascender te puso “palos en la rueda” o logró con sus influencias que te despidan para evitar que le resultes una amenaza?

Todo eso…y muchas cosas más son esas:
 “Ocho letras desleales”

Ni más ni menos que la desagradable TRAICIÓN.

La traición es por definición, una falta que quebranta la lealtad o la fidelidad que se debería guardar hacia alguien o algo.
Solo nombrarla provoca rechazo.
Es un golpe a la autoestima, a nuestras certezas, a nuestras expectativas. Encierra irreparablemente la pérdida de la confianza.
Se desmoronan las estructuras que sostenían el vínculo, fuese cual fuese, y comienza generalmente un largo camino de dolor y congoja que hay que intentar superar.
En principio se agolpan, confusos, muchos sentimientos negativos: ira, rabia, desconcierto y naturalmente una gran sensación de pérdida. Que estos sentires desaparezcan, dependerá de la actitud con la que los enfrentemos.

Pueden suscitarse acaloradas discusiones, reproches y reclamos de todo tipo. De acuerdo al vínculo, podría suceder que a lo largo del tiempo se fluctúe entre el recuerdo y el olvido, lo que generaría seguramente muchas rispideces.
Principalmente, las traiciones provienen de alguien de nuestro círculo íntimo, esas personas por las que sentimos un aprecio especial y nos defraudan dejándonos en medio del desconcierto, la desilusión y la tristeza.
 Quien actuó en la forma opuesta a la prevista, nos provoca categóricamente un impacto negativo que traerá sin duda alguna sus duras consecuencias.

La traición se da en cualquier ámbito sea éste familiar, de pareja, amistad y también de los representantes que elegimos para ser gobernados.
Es tal como la maleza, crece en silencio…y cuando ya trepó…sus efectos pueden ser irremediables.


En la vida de todos nosotros hay acuerdos, reglas…sean concretas o abstractas, y quien las incumple, está rompiendo un pacto preestablecido, con las secuelas que de esto devengan.

Es una palabra que camina de la mano con el dolor.

Al romperse la confianza, ganan lugar sus opuestos, la desconfianza, o el temor a la recurrencia de la hipocresía o la mentira.

De alguna u otra manera creo que todos alguna vez fuimos traicionados…y hay quienes: muchas…
Y también que lo hemos hecho, con o sin intención, con o sin justificación. (Si cupiera acaso la opción de justificar).
Pero no demos vueltas…La traición es TRAICIÓN… sea mayor o menor… las causas y circunstancias solo servirán a los involucrados a la hora de poder perdonar, re acomodar…y superarlas o no.
Por menor que fuese, la falla que la provocó, causa efectos a largo plazo. El proceso es muy doloroso para quien sufrió el desengaño y solamente con una reversión de conducta sostenida en el tiempo, cabe la posibilidad de rehacer lo roto. Pero de eso hablaremos más adelante.
La traición como bien dijimos es un acto de deslealtad y ésta
siempre duele y mucho…y si es reiterada muchísimo más.
Cabe preguntar aquí: ¿Por qué alguien podría traicionarnos más de una vez?
La respuesta ofrece también diversas variables. Dependiendo del vínculo y su proximidad.
Conozco muchas personas que intentan perdonar, buscan recomponer  o deciden creer en el arrepentimiento de quien cometió la traición. En ocasiones, están los que buscan justificaciones para negar el dolor recibido. Solemos decir ¿Cómo fulano de tal no puede ver lo que está sucediendo en sus narices?...y es así… ¡NO PUEDE VERLO!  y por ello se repite la traición...
 La Psicología lo denomina “Negación”, un mecanismo de defensa para huir del dolor y que generalmente este proceso dura entre seis meses a dos años, obedeciendo a  cada caso y personalidad.”
Esto dicen los especialistas sobre la cuestión:
La negación consiste en la invalidación de una parte de información desagradable o no deseada y en vivir la propia vida como si aquella no existiera”.
Como escribí en temas anteriores, no es área de mi competencia, por lo cual me enfocaré en mis recopilaciones y experiencias.
La traición toma muchas formas tal como dijimos pero algunas son verdaderamente crueles.  
Hay diversas opiniones, como ésta: 

“Más traiciones se cometen por debilidad que por un propósito firme de hacer traición”.

Todo se reduce a lo mismo por grande o pequeño que parezca el acto de traición, el denominador común es el desconcierto y el dolor. La consecuencia: desconfianza y temor de volver a creer en la integridad de esa persona que fue capaz de faltar a lo que creímos eran sus convicciones.


Esos amigos que nos parecieron una extensión de nosotros mismos, a los cuales sentimos cuales almas gemelas y de repente, un factor desencadenante, nos deja ver que albergaban celos, envidia, competencia, intereses personales y estaban allí, casi a la vista pero no podíamos ni imaginar que era posible…


Seres queridos que nos colmaban de elogios y nos parecían empáticos, infringen el respeto de la confianza otorgada, cometen infidencias, critican, esparcen rumores, deshonran y hasta difaman a quien hasta entonces parecía ser de su íntima amistad…a veces por las mismas razones enunciadas en el párrafo anterior, otras por algún “disparador” como la frustración personal, el deseo de ser como el que detractan, por conseguir algo que no les estaba reservado pero no soportan no obtener…o cualquiera de ellas por ser víctimas de una influencia nefasta que los conduce a obrar en forma traidora. 
Hay quienes llegan a límites muy conflictivos o hasta peligrosos, particularmente cuando se utiliza la especulación para conseguir algo que no le pertenecía o que se manipuló para lograr el objetivo en detracto de su amigo, compañero, familiar o pareja. (Bienes por ejemplo).
A veces las traiciones solo son a causa de intereses económicos, o para lograr ciertas posiciones sociales, laborales o de liderazgo. En otros casos son claramente relativas a los sentimientos.
Todas las formas involucran dolor, tristeza, desazón y también como ya mencioné,  emociones de rabia, impotencia y hasta violencia hacia quien deshonró el pacto tácito o explícito que se genera en toda relación.

La mentira es el factor común. 

Pudiesen parecer menores, pero generar falsas expectativas, crear ilusiones, prometer lo que no ha de cumplirse, es también un hecho de traición.
¿Quién pudiese sobrellevar ligeramente ver desmoronados sus sueños o anhelos cuando estaban ligados a los de la persona que los ayudó a crear?


¿Cómo podría un amigo de toda una vida, aceptar con levedad que el otro amigo le da la espalda por alguna razón mezquina, probablemente influenciada por un tercero que decide imponer su voluntad acerca de alguna situación en particular?

¿De qué forma lograría aceptar la distorsión de una verdad provocada por la frustración personal, los celos o la conveniencia?
¿Hay acaso una manera sutil de soportar una infidencia cuando hemos confiado un secreto y éste fue divulgado por falta de ética de quien debió reservar la confidencia cedida?

¿Resultaría llevadero ser deshonrado, difamado, descalificado o hasta agredido por quienes solo pretenden ocupar nuestro propio lugar?
…muchas preguntas más que ocuparían horas de debate…

Callar es otra forma de traición. Cuando uno conoce o intuye que se está elucubrando una traición y no hace nada para impedirlo (o al menos intentarlo) está siendo cómplice, aun sin saberlo.
Estos puntos sintetizan muchísimo de lo que provoca una traición.

Están íntimamente ligados, porque LA TRAICION contiene uno o más de estos ítems. Donde hay infidencia hay mentira, donde hay intereses personales hay ingratitud. Donde hubo promesas incumplidas hubo palabras sin sustento, falta de empatía y así…


Creo que lo que decidamos hacer, está en relación directa con la actitud de la otra persona. Muchos factores serán determinantes: Si se arrepintió del daño causado, si no persiste en la conducta, si ofrece razones para volver a confiar en ella…
 Cuando la mala conducta se repite las probabilidades de restablecer se tornan prácticamente nulas. Lo contrario sucede cuando hay sincero arrepentimiento.

Sea cual fuese la actitud de la otra persona, el camino para liberarnos de la angustia, la desazón o la tristeza es uno solo:
EL PERDON.
Hace tiempo escribí sobre el enorme beneficio del perdón. Hoy solo quiero recordar un par de puntos sobre el tema.  
Perdonar no significa avalar la conducta del otro. Tampoco tener que volver a relacionarse en forma directa. Eso dependerá de cada quien.
Perdonar es liberarse del dolor que provocó el acto entendiendo que esa persona no fue capaz de comprender el daño que causaba. 

SOLTAR ese dolor en favor nuestro!!! 
Perdonar nos eleva por sobre el error ajeno, nos permite evolucionar, nos da alas…
Hace poco leí una frase que me parece muy apropiada:

“Perdonar es ir al pasado y regresar ileso”
Cada uno de nosotros tenemos la capacidad y la posibilidad de liberarnos de toda la carga negativa que nos causa un peso innecesario y retrasa nuestro avance.
Dicen que todo es aprendizaje, entonces, hagamos de cada dolor una lección que nos llevará sin lugar a dudas a un espacio de mayor sabiduría, paz y armonía.

Hasta nuestro próximo encuentro!!!
Quiero dejar un especial agradecimiento a dos personas que admiro por sus convicciones y sus generosas almas que están siempre al servicio de quienes necesitan de ellas. Porque iluminan mi vida: A mis queridas amigas del alma Susana Patricia Alsina y Viviana Damonte. 

22 de junio de 2015

¿Amistad vs Pareja?


Me sugirieron hablar sobre la amistad…y me pregunté: ¿Por qué hablar de un tema tan tratado, debatido, publicado y harto conocido?
Y se me ocurrió enfocarlo desde otro punto de vista, además de que porque es un tema siempre vigente. Uno de esos que no se agota, como el Amor mismo.
Y porque de eso se tratan ambas DE AMOR!!!

Hay miles y miles de definiciones, opiniones, frases y modelos… estereotipos sobre que es o no es una verdadera amistad.

Y yo  quiero en esta entrega, exponer mi pensamiento….y éste será encontrar el paralelismo en las relaciones de parejas y las de amistad.
En mi opinión personal, yo creo firmemente que la amistad es igual a una relación de pareja, pero despojada de lo sensorial.
El resto es idéntico.
Es una relación de amor…
…y por tanto puede ser tan falsa como verdadera, tan eterna como efímera.
Partiendo de esa premisa, desarrollaré mis razones para mostrar las similitudes a las que hice referencia.

La relación de pareja, se inicia con la atracción de las partes. Mayormente, esa atracción proviene de lo externo, de lo puramente físico. Para que esa pareja se constituya como tal, la atracción debe superar esa primera instancia y profundizar las causas que la motivan.
Allí se descubren las analogías, se produce la sensación de correspondencia y se genera un deseo de estar cerca y compartir las vivencias con esa persona en particular.



En la amistad sucede algo muy similar, sin la atracción física, ésta es más profunda. Se establece una conexión invisible pero muy específica, que nos hace saber que esa amiga/o, son un complemento maravilloso para nuestra existencia.
Cuando amamos, queremos vivir todo con ese ser amado, igual sucede con un amigo que se convierte en entrañable.

En la pareja se crean lazos, se genera la confianza, la complicidad, el deseo de su compañía, el apoyo emocional, la contención, compromiso y también….celos!
¿No ocurre acaso lo mismo en la amistad, (celos incluidos)?
Si, celos, porque una amiga/o es un tesoro para quien lo posee, y muchas veces, estamos mal acostumbrados a ser algo posesivos, lo cual, si no excede lo razonable, no sería un problema, de lo contrario, al igual que en las relaciones de pareja, se puede tornar en una diligencia poco sana.



Sin ciertos escenarios,  ni una pareja, ni una amistad podrían subsistir.

ü  Confianza
ü  Sinceridad
ü  Complicidad
ü  Lealtad incondicional
ü  Compromiso
ü  Solidaridad
ü  Cuidado por el otro
ü  Respeto

Estos valores son el motor que manejan el vínculo y garantizan su funcionamiento.
Cuando fallan alguno de los componentes, se desmorona lo creado.
Como en toda relación, hay que cuidar y nutrir constantemente, no perduran aquellas donde uno solo aporta mientras el otro recibe. 

¿A quienes podemos llamar verdaderos amigos?

La diferencia entre AMIGO y conocido es abismal, y creo que todos lo sabemos.
Conocidos son todos los que pasan por nuestras vidas superficialmente, con los cuales podemos compartir ciertas cosas como actividades de cualquier tipo, trabajo, estudio, charlas y salidas… pero eso no es una AMISTAD verdadera.
Los amigos temporales, muchas veces se confunden con amigos verdaderos. Sucede que se generan relaciones intensas de afinidad, confianza y demás, pero duran el tiempo que la circunstancia que los encontró concluya, como las anteriormente mencionadas,  como por ejemplo: Estudio, trabajo, deportes además de cercanía y tantas más.
Pero muchas veces, al cambiar esas circunstancias, las relaciones se diluyen, se van desvaneciendo hasta quedar en el rincón de los recuerdos.







Pueden que a esta altura se pregunten el porqué del título de este tema: “Amistad versus pareja”.

Suceden dos cosas bien puntuales.

Una es que muchas personas creen que no se puede ser amigo (en profundidad) con una pareja. Que no es lo mismo la complicidad que se genera entre amigos en concordancia con la pareja, o que por ser de diferentes sexos (cuando es así), no se entienden como lo harían con alguien del mismo...

Yo creo lo contrario, en mi experiencia, sumada a las interminables charlas con distintas personas, concluyo que solamente hay relaciones de pareja duraderas, cuando además hay entre éstos una buena amistad. Simplemente porque se cumplen todos o la mayoría de los requisitos que mencionamos como ingredientes necesarios para que el vínculo sea fuerte y auténtico.


Los amigos no tienen, tal como en las parejas, que pensar igual para poder construir una gran relación, basta con el respeto y la aceptación. 
La posibilidad de debatir, fijar acuerdos, conciliar, disentir y volver una y otra vez a ajustar los criterios hacen posible que la amistad sea resistente.
La afinidad y el sentimiento pueden surgir entre personas de distinto sexo, clase social, culturas edades o ideologías.
Además no hay una etapa de la vida precisa o determinada para que florezcan dichas relaciones,  tanto en la juventud como en la adultez, las personas pueden encontrar su alma gemela, sea ésta una pareja, o una amistad.


Para la verdadera amistad, no existen tiempos ni distancias, ni siquiera la presencia física es indispensable. Doy fe de ello porque lo vivo en carne propia. Tengo una amistad inquebrantable con al menos tres personas que viven lejos de donde me encuentro, pero nuestro contacto es casi cotidiano, compartimos vivencias, charlas, alegrías y tristezas, pero sobre todas las cosas, cada una está presente en los momentos más difíciles de la otra. Además en esta época de gran tecnología al alcance de todos, no hay distancia que no se acorte, o parezca inexistente. Desde las redes sociales, las llamadas por video cámara, los teléfonos y los mensajes de audio, no hay excusas a la hora de establecer una comunicación fluida.


Eso SI es AMISTAD verdadera, tiene que ver con la INCONDICIONALIDAD!
Una importante diferencia en este caso con los vínculos de pareja es que no se sostienen en la distancia, salvo contadísimas excepciones.

La otra razón es que cuando la amistad se da antes que alguno de los integrantes conforme una relación de pareja, una vez consolidada la última, el nuevo integrante no acepta el estrecho vínculo. Sea o no del mismo sexo.
Mucho más notorio es cuando el amigo previo no pertenece al mismo sexo. Allí aparecen y predominan los celos, en algunos casos hasta romper con esa vieja amistad
Las personas muy posesivas, no suelen aceptar que en vez de compartir todos y cada uno de los momentos con ellas, su pareja lo haga con su amigo/a. y eso concluye con amistades de años. 
Es muy común escuchar a una novia/o, dar a elegir entre sí misma o los “amigos”…de una manera directa o indirecta, esto termina sucediendo, por lo menos en el ochenta por ciento de los casos.
Aquí se abriría otro debate. ¿Era entonces esa una sólida amistad?



¿Quién sabe? Es un tanto complejo desglosar la mente de cada persona que condicionada absolutamente por sus propias circunstancias sus necesidades, sus anhelos todo lo que pone de un lado u otro de su balanza…cosas que finalmente determinan que decisión tomará si se le presenta este tipo de disyuntiva.

Lo que puedo afirmar, es que vi suceder estas cosas a lo largo de mi vida y que aunque parezcan cuestiones retrógradas, siguen ocurriendo.

Claro que nada de lo expuesto es garantía para que la amistad o vínculo sean imperecederos, puede suceder tanto que las diferencias socaven la relación como que se ajusten los moldes de cada uno para sobrellevarla sin problemas.




A continuación, un pequeño resumen de cómo saber si una amistad es VERDADERA.

-Un amigo no es el que comparte fiestas, descontrol y excesos, es el que los regula.

-No es el que llama cuando necesita ser escuchado y no atiende cuando lo necesitamos nosotros.

-No es el que aparece solo para festejar el cumpleaños, es el que lo organiza.

-No es el que regala cosas bonitas, es el que se toma la molestia de hacer o elegir lo que sabe que nos gusta o hace falta.

-No es el que habla de sí mismo por horas como si los problemas fuesen solo su patrimonio, pero no tiene tiempo para compartir los nuestros.

-No es el que llega cuando la mesa está servida, sino el que se queda a lavar los platos.

-No es el que te busca, llama, acompaña y comparte todo mientras no tiene una pareja y desaparece como por arte de magia al encontrarla. Es el que cuando consigue su par, salen juntos aunque sean tres, te llama y busca  y comparte tanto o más que antes porque no olvida que fuiste quien lo apoyó mientras estuvo solo/a.

-No es el que está en las horas más felices, es el que no se va en las más tristes.


-No es el que antepone sus planes cuando sabe que su amigo está en una verdadera necesidad.

-No es el que va a la inauguración de tu casa sino el que pone sus brazos para que la levantes.

-No es el que busca halagos por sus logros o habilidades y logros sino el que también estimula al amigo a alcanzar sus metas.

-No es el que te dice mentiras “piadosas” para complacerte,  es el que te tira en la cara tu realidad para que la sopeses con tus criterios.


Tanto el buen amigo como el verdadero amor, son aquellos en los que depositamos plenamente nuestra confianza, no solamente con quienes nos sentimos plenamente identificados sino que además afloran naturalmente los más altos valores, entre ellos la tan preciada LEALTAD.
El amor venga del lugar que venga, trae consigo los mejores deseos para el otro,  por lo tanto no caben sentimientos opuestos a éste.
El aval o la complacencia sin mérito, no provienen del buen querer sino de su opuesto, de la apatía, de aquellos a quienes no les interesan las consecuencias a las que tendrías que enfrentarte si por alguna razón te encontraras desorientado.
Claro que equivocarnos forma parte de nuestro crecimiento personal, se trata de sentido común.
Si perdemos el centro en algún momento de nuestras vidas… ¿qué mejor que el buen amigo/pareja que te ayude a reencontrarlo?
El “no te metas” es una actitud inerte, desprovista de sentimientos verdaderos, aunque nos equivoquemos, siempre que haya buena intención, es mejor involucrarse que mantenerse al margen. (Sin ser invasivo) 
Yo le llamo COMPROMISO. Un consejo dado con amor puede ayudar a reflexionar a quien se encuentra desenfocado. Eso marca una significativa diferencia


Un amigo es un alma gemela, alguien con quien nos sentimos como hablando con nosotros mismos


Los amigos son verdaderos ángeles, seres especiales que están en el momento preciso con la palabra adecuada, con el incondicional amor que hace de las relaciones verdaderas.

 Y éstas son un gran regalo, un privilegio del no todos gozan.

Allí donde exista AMOR VERDADERO no cabrá traición, mentira o adversidad que termine con ellas, si terminan, no habían comenzado...


En conclusión: No hay ganadores en este supuesto enfrentamiento. Tanto en el vínculo de amistad, como en el de pareja, triunfa EL AMOR VERDADERO.

EL ÚNICO QUE NO PERECE.





Hasta la próxima!!!

16 de marzo de 2015

LA PALABRA: Valor que no cotiza en bolsa

Para que un valor pueda cotizar en bolsa, debe ser muy alto el precio del mismo.  

 En otros y ya lejanos tiempos, LA PALABRA regía. Quien la daba generaba un compromiso, un pacto que generaba una deuda que valía su honor. Ese tiempo fue pasado. El valor se ha perdido.
Es tiempo de recuperarlo. La palabra VALE y mucho. Entonces es nuestra misión individual recobrarlo.


Hace tiempo abordamos el tema de LAS PALABRAS…sobre su poder y alcance…Hoy, retomaremos el tema, recordando, fortaleciendo y profundizando un poco más sobre el valor de éstas.

Porque CADA palabra tiene el inherente, pero además está el que cada uno de nosotros le da al proferirlas y el que el otro recibe al escucharlas.

Para mí, el verdadero valor es aquel que se condice con lo que hacemos.
Nuestras palabras nos definen.

Cada una de las que pronunciamos, muestra lo que somos.
Cada una de las que no acompañamos en su más intrínseco significado, nos pone en evidencia, en todos los sentidos.
Ellas muestran nuestra cultura, nuestro nivel de credibilidad, nuestra tolerancia, nuestro respeto, la confianza que inspiramos…y sobre todo, nuestros valores y la visión de la vida que tenemos.

Sean éstas cultas o soeces, pomposas o sencillas, siempre muestran gran parte de lo que somos.
Aunque haya quien intente disfrazar sus discursos.

Nunca falta quien intentando personificar a alguien más, apele al recurso de la expresión ostentosa, para “impresionar” a su audiencia y termine atrapado en su cometido por utilizar palabras aparatosas pero con poca coherencia.


No hace falta utilizar palabras señoriales para ser más o menos que otra persona, cuanto más sencillo se hable, más fácil llegará el mensaje.

¡Tenemos que saber que las palabras tienen vida!!!

Que la dan o la quitan. No en un sentido literal, en uno figurativo.
Pueden ser verdaderos tesoros resonando como bellas melodías en los oídos de quien las recibe…y también pueden ser disparos de cañón si se utilizan con intención de herir.

No es aceptable ni creíble decir: “Lo dije en un momento de rabia”
Todos deberíamos saber que eso se traduce:
“Salió de la cárcel de mis pensamientos ocultos, cuya llave la tenía la ira que las soltó”.

Y la ira no es buena amiga. De nadie.

Un buen escritor expresa grandes cosas con pequeñas palabras; a la inversa del mal escritor, que dice cosas insignificantes con palabras grandiosas.
Ernesto Sábato

Coincido con el pensamiento de Sábato, pero no solamente un escritor, también es válido para todas las personas que creen que se ven mejor hablando de una manera casi teatral y en muchas ocasiones se enredan en las palabras, haciéndolas incomprensibles…

Dijimos que las palabras tenían vida, poder y alcance.
Pocas veces se conoce esto último. Su trayectoria puede ser impredecible y causar efectos de variada magnitud, tanto para bien, como para mal.
Las palabras generan todo tipo de efecto: confianza, seguridad, tranquilidad, angustia, calma, alegría, tristeza, enaltecen, detractan,
Dan y quitan.

Las palabras una vez pronunciadas, no regresan

Por eso es mejor cuidarlas, porque nunca sabremos a ciencia cierta su efecto en cada receptor.

Las palabras tienen PODER!

-       Alivian
-       Detractan
-       Ayudan
-       Hieren
-       Ilusionan
-       Amargan
-       Alientan
-       Desmoralizan
-       Brindan confianza
-       Quitan la esperanza
     
Y tantas, tantísimos sinónimos que no se reducen a verbos, adjetivos o sustantivos abstractos.

De esto se trata, de comprender que la PALABRA no puede ser arrojada al azar, no debería jamás ser dicha sin medir su trascendencia.

Tomar con liviandad lo que decimos, pone en riesgo nuestro honor, socavando nuestra integridad.

Es por demás corriente, que algunas personas se dejen llevar por emocionalidad temporal, pronunciando declaraciones de las que poco después no puede hacerse cargo.
Las promesas incumplidas hacen mella en quien depositó su confianza en ellas, quebrantando su propia confianza y hasta deteriorando su autoestima.




¿Cómo alguien podría decir ciertas cosas, prometer, jurar, ilusionar o generar expectativas  que NO PUEDEN CUMPLIR, y luego pensar que su receptor no recibirá el impacto o efecto?



Todo lo que decimos lo causa.


Unos simples ejemplos bastarán para graficar lo expuesto

 -“Te voy a cuidar.”  Pero NI se cuida, ni se interesa, ni se preocupa por interiorizarse de lo que esa persona que deseaba ser cuidada, contenida o apoyada, siente ante el incumplimiento.

-“Te amo/Te voy a querer siempre.”  Nadie puede garantizar sentimiento alguno, pero tampoco generar ilusiones que son emociones efímeras, que cambian de un instante a otro, casi sin transición, demostrando que no había era verdadero, sino uno provocado por la emocionalidad del momento…pudiendo causar daños severos en el otro ser humano.


-“Vení cuando quieras que siempre serás bien recibido.”  Y dura lo que la conveniencia de quien lo dijo. Luego, no se atiende el teléfono, timbre o se buscan mil excusas para eludir el asunto.

-“Contá conmigo.” Aclarando que debe ser referido a los dedos de la mano, porque muchos que utilizan esa frase, lo hacen como cliché, a la hora de la verdad NUNCA ESTÁN NI CERCA.

-“Cuando me necesités allí estaré.”  Lo mismo que en el caso anterior. Falta precisar: siempre que sea para algo divertido, porque si necesitás algo que requiera mi esfuerzo…estaré…pero en OTRO LADO.

-"Te voy a respetar siempre.” Tema complejo. Habría que entender primero el respeto para poder llevarlo a cabo.

-“Nunca voy a olvidarme de vos.”  En verdad, nadie olvida a nadie, solo “se archiva” y se sigue adelante. Pero hay personas que dejan de lado a quien una vez fueron parte de su vida (pareja, amigos, compañeros y hasta familiares) cuando encuentran alguien nuevo más ameno, con menos cargas, lo que fuera que fuese.
 Lo que muchos pareciesen no saber,  es que esas personas que fueron dejadas de lado, las siguen queriendo de alguna forma y se contentarían con un mensaje, llamado o gesto de interés esporádico, solo para saber que esa otra persona NO SE OLVIDÓ.


-“Lo que sea que necesites, avísame.” Traducido sería: Avisame así busco alguna excusa que me permita zafar.

-“Esto queda entre nosotros, no saldrá de mí.” Poco después a través de la hermana de la tía de la cuñada del sobrino del yerno, nos enteramos de nuestro propio secreto con lujo de detalles.


Vale aclarar que NO ES PARA TODAS LAS PERSONAS, como digo en cada tema que publico: hay una gran diversidad, y por suerte existen MUCHAS personas con valores bien asentados que combinan la acción y la palabra. 

“El que sabe hablar,  sabe también cuándo”.
Arquímedes
De ahí la necesidad imperiosa de coherencia, de RE VALORIZAR el valor perdido.
No siempre la promesa es hecha en falso, tal vez es producto de no pensar lo que puede devenir de ella; Una gran expectativa, una ilusión, un alivio, todo lo que mencionamos anteriormente y que se convierten en una amargura de distintas magnitudes ante el incumplimiento.
Claro que todos podemos variar nuestra opinión sobre uno o muchos asuntos. La clave está en manifestarlo a tiempo, en dejar que el receptor de nuestras promesas, por menores que sean, ya no será destinatario de las mismas. Tarea difícil… pero la que corresponde a la ética, a la dignidad de ambas personas, quien emite y quien recibe.
No podemos quitarle el valor que cada palabra, cada oración escrita o pronunciada tienen. Imaginemos que sabemos bien lo que es la empatía…

¿Puede entonces alguien aceptar con agrado, que nos prometan con creíble vehemencia tal o cual cosa, justo esa que anhelamos, que nos hace o haría sentir felices, o que necesitamos….y que al momento de esperar que se concrete, se hubo desvanecido todo rastro de las mismas?
Dudo que la respuesta sea afirmativa. A nadie que conozca le hace sentir bien la falta de correspondencia entre actos y palabras.
Es un error creer que las palabras caen en saco roto o se las lleva el viento...
Las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan fuertes huellas en nuestro transitar.

 Estamos en tiempos de individualismo, uno que no es bueno para nadie, uno que nos separa y aísla.
Nuestras palabras deben ser nuestro honor, nuestro contrato con los valores que poseemos.
Estamos a tiempo, siempre estamos a tiempo de rever todo aquello que dentro de nuestros corazones sabemos que no fue hecho correctamente. Todos tenemos la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo, y también de cambiarlo.
Practiquemos día a día la empatía, la solidaridad, el respeto que pedimos para nosotros en los demás, si uno lo hace dos lo reciben, si dos lo reciben y lo propagan, el mundo entero se beneficiará.
Puede sonar a idealismo, pero es tan real que solo poniéndolo en práctica veremos el maravilloso cambio.
No permitamos que se pierda el valor de la palabra. Nos pertenece. Nos define. Es nuestro yo interno dándose a conocer.










¿Qué podría ser más hermoso que el sonido que producen unas bellas palabras de amor, sean a quien sean dirigidas? 
Desde un bebé a un anciano, toda palabra dicha con amor, queda grabada en el corazón. Por siempre. 


 Hasta la próxima!!! 
                                          Loly