¿Qué es ser ingrato?
No tiene que ver con
ideologías, sean políticas o religiosas. No tiene que ver con estratos sociales
o económicos.
Tiene que ver con la
esencia.
“Ingrato es quien niega el beneficio recibido;
ingrato quien no lo restituye; pero de todo el más ingrato es quien lo olvida”.
Séneca
Dicen que somos lo que
mamamos lo que llevamos dentro nuestro, impreso. Lo que absorbimos de nuestro
entorno directo…
Es posible, uno repite
patrones…pero ¿No somos seres con capacidad individual de discernir y
diferenciar como para lograr despegarnos de esos moldes que no contribuyen en
las relaciones humanas?
La pregunta que surge
inevitable es ¿Qué hace a una persona ingrata? ¿Puede realmente un ser humano
no conocer ese sentimiento tan noble y opuesto que es la gratitud?
“Cualquier tipo de maldad es el trueno; la
ingratitud es el rayo. El trueno asusta, pero el rayo mata”. José Luis Coll
Es posible...tanto como no lo es...
Ingrato = no grato
Y entonces aparece el
cuestionamiento…
Ese precepto aprendido y arraigado
en nuestro saber:
“Hay que dar sin esperar
nada a cambio”…
Ese mandato lo conocemos todos….y
lo desconocen muchos.
No se trata de esperar
retribución por lo dado, sea lo que haya sido, material o inmaterial, ni de esperar
por la palabra “gracias” como en un acto mecánico…
Se trata de algo mucho más
profundo
Se trata de entender la
gratitud.
Comprender que debemos ser
agradecidos, por el mismo beneficio que resulta hacerlo. No tiene que ver con
la expectativa del reconocimiento, eso es especulación y no tiene que ver con
el sentido de lo que tratamos hoy.
Ser agradecido no requiere
de palabras, es una cuestión de actitud.
Cuando se comprende que la
gratitud es un beneficio para quien da y para quien recibe, todo fluye en
armonía
¿Por qué?
LA GRATITUD ES UNA PUERTA A LA ABUNDANCIA
Porque SER GRATO es infinitamente
beneficioso, multiplica lo recibido, hace dulces los corazones, genera alegría,
bienestar, en el que da y en el que recibe.
Quien brinda su tiempo,
aliento, apoyo, bienes, conocimiento o tantas otras cosas está brindando nada más
ni nada menos que; AMOR en sus distintas formas.
“El ingrato el bien escribe en el agua, el
mal en piedra”. Félix Lope de Vega
Es allí donde se abre una
puerta tras la que se esconden en la oscuridad la hija, y la prima hermana de la INGRATITUD:
LA SOBERBIA Y
LA ENVIDIA
Éstas tienen mucho que ver con ser ingrato. El soberbio porque cree que lo que recibe le es harto merecido,
sin considerar lo que pudo involucrar a quien lo dio, sea esto sacrificio, renuncia,
tiempo, lo que fuese que fue dado a otro. Y el envidioso porque considera que
si “ese otro” tiene lo que brinda (sea también algo material o inmaterial) a él también le debe ser otorgado sin más razón, por
lo cual ser agradecido estaría demás.
“Tengo tres perros peligrosos: la
ingratitud, la soberbia y la envidia. Cuando muerden dejan una herida profunda”.
Martín Lutero
Es profunda la herida que
provocan, siempre.
“¿Qué es
un envidioso? Un ingrato que detesta la luz que le alumbra y le calienta”. Víctor Hugo
Ser ingrato, es un acto de
egoísmo que como decíamos tiene mucho que ver con la envidia, ese veneno oculto en el inconsciente
de tantas personas, muchas veces, las más allegadas. Personas que no pueden ver
la felicidad en el otro si no les llega primero, sus logros son los que
cuentan, los ajenos no. De allí la relación con la soberbia. Cuando esto sucede
buscan la manera de detractar, desmerecer, desalentar, causar alguna forma de
daño que en muchas ocasiones es irreversible.
“La envidia
silenciosa crece en el silencio”. Friedrich Nietzsche
“La envidia es una declaración de inferioridad”.
Hay quienes pareciesen no
comprender el significado de INGRATITUD. Hagámoslo más claro entonces.
Ser ingrato es olvidar que
alguna vez recibimos del otro, desconocer que los favores recibidos fueron
actos de amor hacia ellos, no de obligaciones, esa es una gran diferencia que
solo puede reconocer, quien es capaz de mirar en su interior, allí donde reside
el conocimiento del bien y el mal, donde y aunque parezca no existir, está la
conciencia, esa de la que nadie deja de escuchar su voz, ni aunque la amordacen
los bajos sentimientos que toman por presa a los que no se resisten a ello.
“La
envidia es causada por ver a otro gozar de lo que deseamos; los celos, por ver
a otro poseer lo que quisiéramos poseer nosotros”. Diógenes Laercio
Y crece en el silencio
porque aunque sea un acto del inconciente, las personas que albergan este tipo
de sentimientos negativos, buscan tapar con excusas esas actitudes de
ingratitud, desapego o apatía que son provocadas lisa y llanamente por la
triste envidia.
Ser ingrato se relaciona
también con otros temas que hemos expuesto anteriormente, por ejemplo con la
confianza. Un ingrato, no duda en traicionarla, se “olvida” que se le entregó
un tesoro preciado (la confianza) y no titubea en romperla si algo no sucede
tal como le resulta conveniente. ¿No les ha sucedido acaso alguna vez? Eso es
ser ingrato entre tantas otras cosas, tirar por la borda los valores y códigos
por el mero hecho de causar daño.
“Cuando la
ingratitud tiene el dardo de la ofensa, la herida es doblemente peligrosa”
Richard Brinsley
“No
tires piedras en el manantial en que has bebido”. Proverbio Arameo
Se trata entonces del poder
de la gratitud y su opuesto.
La gratitud:
· Destruye la negatividad
· Disipa el dolor
· Transforma las situaciones de tristeza en alegría
· Llena de gozo
· Enaltece
· Multiplica
La gratitud se practica desde el corazón hacia
fuera, en cada palabra, gesto, actitud y de esa forma se retroalimenta, no
necesita de nada más, todo fluye armónicamente cuando somos agradecidos