Motivada por un comentario
en mi publicación anterior, decidí hablar sobre este trilladísimo tema siempre
vigente.
Dicha observación, trajo a mi mente recuerdos de historias que
conocí y otras que afloraron cuando comencé a recabar opiniones entre algunas
personas. Los relatos que escuché me dejaron boquiabierta y me pareció oportuno
debatir sobre esta cuestión.
Como en cada texto que
abordé hasta ahora, hago hincapié que las posibilidades son inconmensurables.
Pero también, como siempre,
hay puntos comunes que vamos a exponer en este tema de hoy.
Hay una notoria diferencia
de sentires al respecto, entre hombres y mujeres.
Es significativamente mayor
el porcentaje de varones que descreen de la viabilidad de llevar adelante amistad
muy cercana con a una mujer y por consecuencia más de ellas lo consideran
posible.
No tomé datos estadísticos,
pero me atrevería a decir que el noventa por ciento de varones opinan que es
imposible que no hayan sentido alguna forma, en algún momento, atracción por
sus amigas.
Por otra parte, las mujeres
que si aceptan como posible tener un amigo del sexo opuesto, dicen que él es
para ellas mejor o igual que una amiga
entrañable. Así de contundente.
Está en cada naturaleza, el hombre: conquistar, la
mujer: seducir.
“Puede haber amigas en las que nunca
estuvimos interesados, porque en el momento que tuvimos la oportunidad teníamos
ocupadas las hormonas y/o el corazón en otro objetivo”
En realidad, los que saben
o han estudiado este tema, dicen que es muy difícil que no exista atracción en
una relación hombre y mujer, salvo que haya algún tipo de circunstancia que
condicione la misma.
Es por ello que cuando
resulta dispar el sentimiento comienzan las complicaciones que pueden concluir
con la amistad, sea para convertirse en otro tipo de relación o para
desaparecer.
Basta con recordar la
película “Cuando Harry conoció a Sally” que despliega este tema
análogamente a como lo tratamos hoy y
cuyo final no es de cuento de hadas, ni fantasía ya que muchos escuchamos decir
alguna vez: “me enamoré de mi mejor amigo/a”.
¿Es mito o realidad que se
pueden tener AMIGOS (en el amplio sentido de la palabra) del sexo opuesto?
Esos que comparten largas
horas de diálogos, se aconsejan, se alientan, entre los que existe esa
complicidad incondicional que hace que la amistad cobre un sentido único, tal
como sucede entre los de un mismo sexo.
Cabe aquí la pregunta si el
planteo es válido o sexista.
En lo personal creo que si
es válido, nuestra sociedad, nuestra idiosincrasia así lo marca. Estamos
habituados a ciertos modelos por mandatos heredados y por tanto no lo creo
sexista.
El debate es tan viejo como la amistad
misma...
¿Por qué resulta tan
increíble para una amplia mayoría que haya amistad SINCERA, DESINTERESADA Y
PURA entre hombres y mujeres?
Según
nuestro querido Sigmund Freud uno puede tener amigos gracias a que está
reprimida la corriente erótica, tanto homosexual como heterosexual permitiendo
de este modo la libre disponibilidad del amor tierno sin interferencias de índole
sexual.
Pero
dicen los expertos en este tema, que nunca lo está del todo.
Tantas son las variables
como dijimos que no podemos abarcarlas, si podemos evaluar desde nuestras
vivencias, las que cobraron más
trascendencia por salirse del molde que tengamos justamente por patrones
personales.
Quien más quien menos,
todos observamos a través de nuestra vida, situaciones diversas que involucran
amistades, tanto mixtas como del mismo sexo.
-Mujeres que idílicamente
se enamoran de un amigo, teniendo pareja (uno u otro indistintamente o
conjuntamente) y ya sea por convenciones
sociales, o porque no eran correspondidas, siguieron en el rol de amigas y cada
cual con su cada quien.
-Parejas de amigos que
terminan enamorándose y conformando una relación estable que deviene en
matrimonio.
-Celos de los terceros que
se incorporan formando una relación sentimental con alguno de los integrantes
de la pareja de amigos y termina deshaciendo la amistad.
-Amigos que fueron
previamente pareja o tuvieron intimidad en algún momento y que por razones
puntuales (hijos en común, intereses comerciales, entre otros motivos) deciden
llevar una sana y armónica relación. No faltan ni los que terminan reuniéndose todos
cual coctelera, ni a los que les resulta imposible establecer el menor de los
contactos…
También están los más
liberales, que habiendo pasado momentos íntimos, saltan el tabú y pasan de
amantes a amigos cual si hubiesen tomado un café en algún bar.
Insisto, las variables son
increíblemente infinitas.
Muchas personas preguntan
si es sano o común que alguno de los dos quiera “algo más”.
Creo que es atinado
pensar que lo más sano debería ser que exista un acuerdo entre las partes, de
existir, no cabría lugar a confusiones o incomodidades innecesarias.
Me gustaría compartir con
ustedes un par de historias.
Tuve amigos del sexo
opuesto, también escuché y pasaron ante mis ojos historias de amistades mixtas.
En todos los casos no puedo concluir que hayan sido “verdaderas”.
Hago un aparte para precisar
lo que sería en este caso: verdadera, sincera, u honesta”.
No creo que haga falta
definir estas palabras para nadie, pero la connotación en el tema en cuestión,
hace referencia a que la amistad, está substraída de atracción o interés
sexual.
Sucede que en algunos casos, ni los propios protagonistas toman
conciencia de su inconsciente. Claro, estoy diciendo una obviedad, suena a
juego de palabras. No intenta serlo, es que me pregunto: ¿No quiere o no puede?
¿Utiliza la persona la mentada
“negación” o ni siquiera lo advierte? Espero que algún profesional del área lea
mi exposición y allane mis dudas que tal vez sean las de unos cuántos más.
Intentaré resumir estos
tres casos, para mostrarles ciertas analogías.
Una historia es experiencia
propia, las otras ajenas.
En mi adolescencia, conocí
un grupo de amigos con los que salíamos a todas partes juntos. A la pileta
(piscina en otros países), a bailar, al campo o de excursión…asados…en fin… la
actividad que se presentase. El tema era estar juntos. De allí se desprendió
una pareja, luego otros conocimos los que serían nuestros novios de aquel
entonces y así unos se fueron integrando, otros hicieron rancho aparte. Cosas
absolutamente propias de este período de la vida.
Uno de mis amigos, se
convirtió para mí en el mejor y más cercano de ellos. Conversábamos largas
horas, dándonos mutuos consejos según fuera la necesidad de cada uno, cada
quien con sus respectivas parejas. Continuamos por años saliendo en parejas,
compartiendo horas y horas de charlas y diversión… de a poco, se fue generando cierta distancia, pero nunca un alejamiento definitivo, nos
hablábamos menos, pero la amistad seguía intacta.
Muchos años después, ambos separados
de aquellos novios de juventud, nos reencontramos para tomar un café y charlar
un poco de nuestras vivencias. Para mi gran sorpresa, me hizo saber que siempre
había sentido atracción por mí, pero que como fui quien se puso de novia antes,
aceptó el rol de amigo porque no lo había elegido a él en su momento. Luego no
coincidíamos en estar a la vez sin pareja, lo cual puso en ese único lugar la
relación. Conclusión: Siempre seríamos amigos.
La vida nos condujo por
distintas direcciones y solo quedó el hermoso recuerdo de una amistad a pesar
que escondía un interés frustrado.
El segundo caso es el de
una amiga que sufrió mucho la pérdida de la que creyó una sólida amistad.
En este caso también, como
dicta el verdadero afecto, había una enorme confianza, complicidad e
incondicionalidad. Fueron amigos por unos cuantos años años, la chica tenía
novio, él alternaba una y otra con el
pasar del tiempo.
Se acompañaban, se
aconsejaban, salían en grupo, nada que no haga la mayoría. Pero eran especiales,
fueron tan unidos que nadie hubiese pensado jamás que esa amistad pudiese
terminar. Se complementaban maravillosamente y se cuidaban como lo hacen los
que bien se quieren.
Cada uno hacía cosas
increíbles y esforzadas por el otro. Desde fiestas de cumpleaños sorpresa,
regalos de esos que quien los hace SABE que son lo que el otro tanto esperaba,
no por su valor material, sino por ser “exactamente” lo que el amigo quería. Ni
hablar de las horas de desvelo en los momentos críticos, las de apoyo moral y
presencia física…
DETALLES…eso que lo cambia
todo.
Como digo siempre
PEQUEÑOS GRANDES DETALLES…
Para ilustrar lo abstracto,
diré que hasta tenían una conexión especial para entenderse con las miradas
(tema que desglosaré un poco más adelante) lo que hacía lucir más fuerte el
vínculo.
Un buen día de la vida, el joven
conoció a su actual pareja. A ésta no le agradaba el vínculo que unía a su
ahora novio y la amiga.
No le caía bien!!! Por
mucho novio que tuviese. NO le gustaba y punto.
Había que elegir. Era ella
o la amiga. No había compatibilidad posible.
¿Quién creen que el eligió?
Si alguno dijo: la amiga incondicional
de años…
…se equivocó…
Murió la amistad, se distanciaron
los cuerpos y las almas. Cada uno a su rincón.
Y el tercer caso es similar
a los anteriores (todos tienen algo en común)
Amigos casi desde la
infancia. Pasaron por los mejores y peores momentos de sus vidas unidos, cerca.
Apoyándose, consolándose.
Conocieron sus mutuas
parejas, las compartieron en salidas y en sus hogares.
Pero… (Esas cuatro letras
cuasi letales)…los que veían desde afuera la relación…percibían un “algo más”…ese
“algo más” provenía de la mujer, parecía más a una enamorada que a una amiga. Probablemente
tuviese una profunda admiración por aquel amigo, pero desde la otra vereda
lucía más prendada del amigo que de su propia pareja.
Él era de los dos, quien
más aseveraba que con sus amigas :NO…
Como suele suceder, no
faltaron los rumores, esos que recorren de ida y vuelta largos trechos, que
hablan bajito, pero suenan fuerte....
Frases como: “Que entre
esos dos hay otra cosa”, “¿Te fijaste cómo lo mira?”, “Lo toca mucho”, “Si lo toca tanto, por algo
será” y otros mil enunciados similares…
Mientras tanto, ellos haciendo
oídos sordos, enarbolaban la bandera de la AMISTAD, sostenida y orgullosamente.
Pero igual…se hablaba
bajito…
Siempre en público, se
mostraba excesivamente cariñosa con su mejor amigo. Miradas seductoras y/o
provocativas, abrazos eternos y sin faltar lo que cualquier psicólogo señalaría
con alerta roja: se sentaba asiduamente sobre la falda de él, fuese para posar
en alguna foto o en son de pura diversión…
y se hablaba bajito.
Claro que ella alegaba que ellos
eran así, esa su forma de divertirse, SOLO AMIGOS, de esos inquebrantables,
incondicionales, casi un hermano… (Por cierto no conozco muchos hermanos que se
sienten en la falda de los suyos)… Para ellos era una cuestión natural, de
confianza.
Y en definitiva: ¿Quién
podría decir lo contrario? ¿Quién podría saber a ciencia cierta lo que el
inconsciente albergaba?... Probablemente mientras los demás ”hablaban bajito”, el inconsciente estaba
gritando algo… ¿?
Sucede
que los ojos dicen lo que la boca calla.
Es muy difícil intentar
controlar el lenguaje corporal…esas miradas podían ser disimuladas, pero nunca
ignoradas.
y como era de esperar, en
forma similar al caso anterior…no tardó en desestabilizar la amistad preexistente,
esa, la inquebrantable que finalmente no lo era tanto…
Por un tiempo fueron tres.
A veces cuatro, con la pareja de ella. Pero mayormente tres. Tres para las
fotos, tres para las salidas. Tres. Un número que no le cierra a ninguna
pareja. Y una vez más, en casi, casi un: “Colorín colorado”: en vez del cuentito
se ha acabado, un rotundo: ELLA O YO...
El desenlace no lo conozco,
pero todo apunta a que el tercero que sobra es la cariñosa amiga.
Los
antecedentes juegan en contra. El comportamiento que hacemos público deja abiertas
las puertas a la interpretación individual, de todo lo que hacemos quedan huellas
y dar explicaciones sean o no justificadas, no las borra…
Claro, ustedes dirán, un
par de casos no define ni por SI ni por NO. ¡Por supuesto que no!!! Insisto,
las variables son tantas como las concurrencias.
La realidad es la que las
respuestas son individuales, no la marca un caso, ni dos ni tres, la determina
cada vivencia personal.
Además en las relaciones de
amistad con el mismo sexo también suceden las mismas cosas:
Celos de las amigas o
amigos que incitan al alejamiento, desentendimiento de las partes, personas que
eligen una nueva vida junto a otras personas y se abstraen, enfocándose en sus
relaciones más íntimas (llámense novios, maridos o esposas, hijos etcétera) y
de algún modo se olvidan que tuvieron una valiosa amistad de la cual le quedan
los buenos recuerdos…
Personas que estuvieron “de
paso” en las vidas de otros, que llenaron un espacio que tenían vacío,
compartiendo con intensidad cada momento, hasta que encontraron una nueva vida
que completó cada uno de esos vacíos y de repente cambian todas sus estructuras
anteriores para vivir cien por ciento esa nueva experiencia.
Suele ser un mal trago
adaptarse a la pérdida de los hábitos compartidos con un amigo/a cuando éste
los cambia abruptamente en pos de una nueva forma de vida.
En la mayoría de los
relatos recopilados, muy bajo porcentaje de relaciones de amistad se mantienen
largo tiempo. Solo algunos pocos y otros tantos van espaciando lentamente las
costumbres hasta tomar caminos diferentes. Duele, pero es así la vida,
evolución y cambio…
Mi conclusión personal
sobre la amistad entre sexos es que solo es posible en contadas ocasiones y
siempre y cuando sea un poco superficial, creo que se pueden compartir muchas
cosas, momentos tristes o alegres, pero al momento que se genera gran intimidad
de forma velada o directa, más tarde o más temprano, florece la atracción
física, intelectual, emocional o sexual, ---
sea porque forma parte de nuestra naturaleza o por el tiempo que llevamos
admirando a esa persona. (Si no la admiráramos, no ocuparía el lugar de
importancia que tiene un mejor amigo).
“Entre un hombre y una mujer la amistad es solo una pasarela que conduce al
amor.” Jules Renard
Dicen por allí que es un
debate sin fin, yo le pongo puntos suspensivos… ❤
¿Ustedes que opinan?
¡Hasta la próxima!!!