Hay tantas formas de traición que enumerarlas sería
imposible.
Si podría decir que las hay de mayor o menor grado, según el daño
que hubiesen causado.
Veamos…
¿Alguna vez un amigo que te dejó saber cuán
inquebrantable era la amistad entre ustedes, un buen día, de un momento a otro…te
dejó en el olvido?
¿O quizás te haya sucedido que te dijeron que el amor que
te profesaban era intensamente verdadero, que vencería toda dificultad…y ante
ella se rindieron sin el menor esfuerzo?
¿Tal vez entregaste un secreto a alguien que te merecía
plena confianza y esa persona lo divulgó?
¿Compartiste con alguien de tu amistad cercana un deseo,
proyecto o aspiración, creyendo que te ayudaría a obtener lo buscado y esa
persona se adelantó consiguiéndolo para sí misma?
¿Hubo en tu vida alguien que te prometió ser sincero,
honesto, jamás mentir y descubriste que una, otra más otra vez, incurría en
estas faltas sin contemplaciones?
¿Descubriste que tu pareja te había sido infiel? O tal
vez ¿Qué mantenía relaciones paralelas por mucho tiempo?
¿Alguien que te inspiraba enorme credibilidad te colmó de
ilusiones, planes, promesas y luego como por arte de magia, esa persona se
olvidó de lo dicho y te quedaste con la tremenda sensación de frustración que
ello produjo?
¿Acaso te ocurrió que una persona de la que suponías un aprecio
sincero, te difamó o deshonró, manchando tu imagen por causa de su propia
frustración, envidia o cualquier otra injustificable razón?
¿Tuviste un jefe o compañero de trabajo que al verte
destacar por tu carisma, desempeño o capacidad para ascender te puso “palos en
la rueda” o logró con sus influencias que te despidan para evitar que le
resultes una amenaza?
Todo eso…y muchas cosas más son esas:
Ni más ni menos que la desagradable TRAICIÓN.
La traición es por definición, una falta que quebranta la
lealtad o la fidelidad que se debería guardar hacia alguien o algo.
Solo nombrarla provoca rechazo.
Es un golpe a la autoestima, a nuestras certezas, a
nuestras expectativas. Encierra irreparablemente la pérdida de la confianza.
Se desmoronan las estructuras que sostenían el vínculo,
fuese cual fuese, y comienza generalmente un largo camino de dolor y congoja
que hay que intentar superar.
En principio se agolpan, confusos, muchos sentimientos
negativos: ira, rabia, desconcierto y naturalmente una gran sensación de
pérdida. Que estos sentires desaparezcan, dependerá de la actitud con la que
los enfrentemos.
Pueden suscitarse acaloradas discusiones, reproches y
reclamos de todo tipo. De acuerdo al vínculo, podría suceder que a lo largo del
tiempo se fluctúe entre el recuerdo y el olvido, lo que generaría seguramente
muchas rispideces.
Principalmente, las traiciones provienen de alguien de
nuestro círculo íntimo, esas personas por las que sentimos un aprecio especial
y nos defraudan dejándonos en medio del desconcierto, la desilusión y la
tristeza.
La traición se da en cualquier ámbito sea éste familiar,
de pareja, amistad y también de los representantes que elegimos para ser
gobernados.
Es tal como la maleza, crece en silencio…y cuando ya trepó…sus
efectos pueden ser irremediables.
En la vida de todos nosotros hay acuerdos, reglas…sean
concretas o abstractas, y quien las incumple, está rompiendo un pacto
preestablecido, con las secuelas que de esto devengan.
Es una palabra que camina
de la mano con el dolor.
Al romperse la confianza, ganan lugar sus opuestos, la
desconfianza, o el temor a la recurrencia de la hipocresía o la mentira.
De alguna u otra manera creo que todos alguna vez fuimos
traicionados…y hay quienes: muchas…
Y también que lo hemos hecho, con o sin intención, con o
sin justificación. (Si cupiera acaso la opción de justificar).
Pero no demos vueltas…La traición es TRAICIÓN… sea mayor
o menor… las causas y circunstancias solo servirán a los involucrados a la hora
de poder perdonar, re acomodar…y superarlas o no.
Por menor que fuese, la falla que la provocó, causa
efectos a largo plazo. El proceso es muy doloroso para quien sufrió el
desengaño y solamente con una reversión de conducta sostenida en el tiempo,
cabe la posibilidad de rehacer lo roto. Pero de eso hablaremos más adelante.
La traición como bien dijimos es un acto de deslealtad y
ésta
siempre duele y mucho…y si es reiterada muchísimo más.
Cabe preguntar aquí: ¿Por qué alguien podría
traicionarnos más de una vez?
La respuesta ofrece también diversas variables. Dependiendo
del vínculo y su proximidad.
Conozco muchas personas que intentan perdonar, buscan
recomponer o deciden creer en el
arrepentimiento de quien cometió la traición. En ocasiones, están los que
buscan justificaciones para negar el dolor recibido. Solemos decir ¿Cómo fulano
de tal no puede ver lo que está sucediendo en sus narices?...y es así… ¡NO
PUEDE VERLO! y por ello se repite la traición...
Esto dicen los especialistas sobre la cuestión:
“La negación consiste en la invalidación de una parte de
información desagradable o no deseada y en vivir la propia vida como si aquella
no existiera”.
Como escribí en temas anteriores, no es área de mi
competencia, por lo cual me enfocaré en mis recopilaciones y experiencias.
La traición toma muchas formas tal como dijimos pero
algunas son verdaderamente crueles.
Hay diversas opiniones, como ésta:
“Más
traiciones se cometen por debilidad que por un propósito firme de hacer
traición”.
Todo se reduce a lo mismo por grande o pequeño que
parezca el acto de traición, el denominador común es el desconcierto y el
dolor. La consecuencia: desconfianza y temor de volver a creer en la integridad
de esa persona que fue capaz de faltar a lo que creímos eran sus convicciones.
Esos amigos que nos parecieron una extensión de nosotros
mismos, a los cuales sentimos cuales almas gemelas y de repente, un factor
desencadenante, nos deja ver que albergaban celos, envidia, competencia,
intereses personales y estaban allí, casi a la vista pero no podíamos ni
imaginar que era posible…
Seres queridos que nos colmaban de elogios y nos parecían
empáticos, infringen el respeto de la confianza otorgada, cometen infidencias,
critican, esparcen rumores, deshonran y hasta difaman a quien hasta entonces
parecía ser de su íntima amistad…a veces por las mismas razones enunciadas en
el párrafo anterior, otras por algún “disparador” como la frustración personal,
el deseo de ser como el que detractan, por conseguir algo que no les estaba
reservado pero no soportan no obtener…o cualquiera de ellas por ser víctimas de
una influencia nefasta que los conduce a obrar en forma traidora.
Hay quienes llegan a límites muy conflictivos o hasta
peligrosos, particularmente cuando se utiliza la especulación para conseguir
algo que no le pertenecía o que se manipuló para lograr el objetivo en detracto de
su amigo, compañero, familiar o pareja. (Bienes por ejemplo).
A veces las traiciones solo son a causa de intereses
económicos, o para lograr ciertas posiciones sociales, laborales o de
liderazgo. En otros casos son claramente relativas a los sentimientos.
Todas las formas involucran dolor, tristeza, desazón y
también como ya mencioné, emociones de
rabia, impotencia y hasta violencia hacia quien deshonró el pacto tácito o
explícito que se genera en toda relación.
La mentira es el factor común.
Pudiesen parecer menores, pero generar falsas
expectativas, crear ilusiones, prometer lo que no ha de cumplirse, es también
un hecho de traición.
¿Quién pudiese sobrellevar ligeramente ver desmoronados
sus sueños o anhelos cuando estaban ligados a los de la persona que los ayudó a
crear?
¿Cómo podría un amigo de toda una vida, aceptar con
levedad que el otro amigo le da la espalda por alguna razón mezquina,
probablemente influenciada por un tercero que decide imponer su voluntad acerca
de alguna situación en particular?
¿De qué forma lograría aceptar la distorsión de una
verdad provocada por la frustración personal, los celos o la conveniencia?
¿Hay acaso una manera sutil de soportar una infidencia
cuando hemos confiado un secreto y éste fue divulgado por falta de ética de
quien debió reservar la confidencia cedida?
¿Resultaría llevadero ser deshonrado, difamado,
descalificado o hasta agredido por quienes solo pretenden ocupar nuestro propio
lugar?
…muchas preguntas más que ocuparían horas de debate…
Callar es otra forma de traición. Cuando uno conoce o
intuye que se está elucubrando una traición y no hace nada para impedirlo (o al
menos intentarlo) está siendo cómplice, aun sin saberlo.
Estos puntos sintetizan
muchísimo de lo que provoca una traición.
Están íntimamente ligados,
porque LA TRAICION contiene uno o más de estos ítems. Donde hay infidencia hay mentira,
donde hay intereses personales hay ingratitud. Donde hubo promesas
incumplidas hubo palabras sin sustento, falta de empatía y así…
Creo que lo que decidamos hacer, está en relación directa con la actitud de la otra persona. Muchos factores serán determinantes: Si se arrepintió del daño causado, si no persiste en la conducta, si ofrece razones para volver a confiar en ella…
Sea cual fuese la actitud de
la otra persona, el camino para liberarnos de la angustia, la desazón o la
tristeza es uno solo:
EL PERDON.
Hace tiempo escribí sobre el enorme beneficio del perdón. Hoy solo
quiero recordar un par de puntos sobre el tema.
Perdonar no significa avalar
la conducta del otro. Tampoco tener que volver a relacionarse en forma directa.
Eso dependerá de cada quien.
Perdonar es liberarse del
dolor que provocó el acto entendiendo que esa persona no fue capaz de
comprender el daño que causaba.
SOLTAR ese dolor en favor nuestro!!!
Perdonar
nos eleva por sobre el error ajeno, nos permite evolucionar, nos da alas…
Hace poco leí una frase que
me parece muy apropiada:
“Perdonar es ir al pasado y
regresar ileso”
Cada uno de nosotros tenemos
la capacidad y la posibilidad de liberarnos de toda la carga negativa que nos
causa un peso innecesario y retrasa nuestro avance.
Dicen que todo es
aprendizaje, entonces, hagamos de cada dolor una lección que nos llevará sin
lugar a dudas a un espacio de mayor sabiduría, paz y armonía.
Hasta nuestro próximo encuentro!!!
Quiero dejar un especial agradecimiento a dos personas que admiro por sus convicciones y sus generosas almas que están siempre al servicio de quienes necesitan de ellas. Porque iluminan mi vida: A mis queridas amigas del alma Susana Patricia Alsina y Viviana Damonte. ❤