¿Cambiar? ¿Yo? ¿Por qué?
Que cambie el otro, yo soy así, y así estoy bien…
¿Cuántas veces
escuchamos frases como ésta?
¿Por qué tantas personas siempre quieren que “el
otro” cambie?
Cabe
preguntar ¿Por qué genera tanto temor la palabra CAMBIAR?
Creo que es bien sabido que todo lo que no se conoce
provoca cierta aprensión…y eso nos hace reticentes a cambiar.
CAMBIO:
Transición de un estado a otro. Movimiento.
CAMBIO… BIO: VIDA
VIDA: MOVIMIENTO
Cambiar es transmutar algo: la vida es movimiento constante.
Nada permanece estático, ni la menor cosa. Hasta una
piedra aunque parezca inmóvil, se va horadando con el agua o erosionando con el
paso del tiempo. Al igual sucede con los seres vivos. Nacemos, crecemos, CAMBIAMOS
continuamente en el proceso de transformación.
Entonces, quien pretendiese permanecer en una
postura estática, estaría renunciando a crecer, a evolucionar, a ir de la mano con
la vida.
Esas personas están tan seguras de su postura frente
a la vida, que no pueden ver errores propios, solo ajenos.
Y están tan
convencidos que se preguntan: ¿Por qué habría de cambiar YO entonces?
Hay quienes se estancan en ciertos pasos para su
desarrollo y de eso hablaremos hoy.
¿Cuándo o porqué deberíamos cambiar?
No hace falta aclarar que me refiero a lo que no
depende de la biología, sino de nuestras decisiones. No se trata de las
modificaciones que sufrimos en el proceso de crecimiento. Eso corre por cuenta
de la naturaleza y no de la nuestra.
Entonces ¿Podríamos acaso decidir no crecer? No, claro
que no depende de nosotros. Pero SI
podemos decidir hacerlo intelectual y emocionalmente…
Cambiar,
modificar todo aquello que nos genera trabas, conflictos o afecta a nuestro
entorno y eso SI DEPENDE DE NOSOTROS.
Los cambios pueden ser súbitos, por razones ajenas a
la persona, paulatinos, si requiriese de algún proceso puntual, y también de
corto plazo si el fin que se persigue obedece a una decisión firme. No importa
el tiempo que conlleve cambiar lo que trae más pesar que alegría, lograr el
objetivo es lo que cuenta.
El tema de hoy se trata de todo aquello que podemos,
debemos o deseamos transformar…y también de lo que NO. De la forma en que
encaramos la vida, nuestra actitud.
En el caótico mundo que vivimos, vemos a diario
situaciones que parecen extraídas de la ficción. Pero no lo son. Circunstancias
que requieren de urgentes cambios.
Hechos aberrantes de todo tipo: corrupción,
maltrato, abandono, enfrentamientos, graves imprudencias, miseria e
inseguridad…entre tantas de las muchísimas tribulaciones que resultan
inconcebibles en una sociedad supuestamente evolucionada.
En esta ocasión, hablaremos de lo que no se ve en
los noticieros, esas otras situaciones de la vida que requieren de un CAMBIO
desde la concientización individual y general. Cuestiones de la vida cotidiana,
que nos involucran o también comprenden a los que tenemos cerca sean familiares,
amigos, conocidos y compañeros de trabajo etcétera.
Precisamente en estos ámbitos vemos cotidianamente
escenarios confusos, muchas veces desagradables, desprovistos de valores
básicos y generadores de cuantiosos daños, principalmente emocionales.
-Intolerancia
-Intransigencia
-Fanatismo
-ira
-Mentiras
-Discriminación
-Falta de empatía
-Desinterés por el prójimo
-Falta de generosidad.
Solo por señalar algunos ejemplos.
Los cambios son necesarios. Pequeños o grandes. Debemos
ser conscientes de esto, porque no se trata solamente de “nosotros”, se trata
de todo lo que nos rodea.
Nadie está literalmente solo. Vivimos insertos en
una sociedad, que puede ser enorme o pequeña, pero hay muchos otros seres con
los que convivimos en éstas y sería inconcebible que cada quien fuese por la vida
haciendo lo que le dé la gana sin considerar a los demás.
Vale aclarar muy bien aquí, que no intento decir que
hay que vivir o pensar según los otros lo hagan.
Yo le llamo LIBERTAD LIMITADA.
Y ésta se trata de intentar aunar criterios, argumentar y
saber negociar cuando es necesario, respetar opiniones y creencias diferentes.
Darse la oportunidad de pensar que se pueden ver las cosas de distintas formas
y en ese accionar hasta podríamos llevarnos impactantes sorpresas. Porque para
unos y otros, existe la posibilidad de estar obcecados en alguna postura que
nos mantenga en una ceguera mental y eso no se corresponde con quien tiene capacidad
de discernir. Los que no la poseen son fanáticos enraizados que sufren y hacen
sufrir, aunque muy probablemente ni se percaten de ello.
Llegamos al punto en que surge la pregunta: ¿Es que
todos DEBEMOS cambiar algo necesariamente?
No, no se trata de eso, sino de la POSIBILIDAD de
permitirnos hacerlo cuando lo es o resulta productivo para nosotros y quienes
forman parte de nuestros círculos, cercanos o no.
Se traten éstos cambios desde el aspecto personal, hasta
las actitudes, todos tendrán un impacto en nuestras vidas y/o las de nuestro
entorno, dependiendo si éste es positivo o no.
NO
TODOS LOS CAMBIOS SON PARA MEJOR.
No siempre se cambia para bien.
-Personas que parecían incorruptibles y de repente
se dejaron tentar por alguna propuesta “Non Sancta”
-Personas que se proclamaban en total contra de
ciertas conductas y de buenas a primeras obran tal como condenaban.
-Personas que se alejaron de todos sus afectos en pos
de mantener una relación basada en la manipulación
Es también el caso de muchas personas que cambian drásticamente su forma de ser, de actuar y vivir, sus hábitos y hasta sus vínculos. Puede suceder que sea por la ceguera de una pasión, la presión de una pareja, la ira por alguna situación que no puede manejar…muchas son las posibilidades, no necesariamente las mejores…
¿Por qué generalmente nos resistimos al cambio?
Solo por un motivo: MIEDO
La resistencia al cambio viene muchas veces acompañada
de una sensación de malestar o insatisfacción, que obedece claramente a que
algo no encaja en el lugar que queremos que permanezca.
No esencialmente consciente. Muchas veces ni
registramos que el verdadero motivo está oculto en la profundidad de nuestras
mentes.
Podríamos pensar que cambiar involucra una posible
gran pérdida. Que no será positivo. Que no nos adaptaríamos. Tantas excusas que
ponemos…mientras la vida sigue…en MOVIMIENTO…nada se detiene por nosotros.
Nada. Ni nadie.
Depende únicamente de cada quien, decidir subirnos o
dejar que pase el próximo tren.
Por esto es tan importante tomarnos un tiempo de
reflexión y buscar dentro de nuestro más profundo sentir esa voz interior que
nos indica que cosas podemos, debemos o necesitamos modificar,
Claro que para esto, primero debe existir la
aceptación, la comprensión que no somos dueños de ninguna verdad ni nadie lo
es. Que todos tenemos nuestra propia escala de valores, convicciones y
preferencias. No son razones para excluir, juzgar, condenar ni humillar a quien
no comparta las nuestras.
¿Cómo podría cambiarse algo que no se acepta como
posible?
Todos conocemos gente más o menos transigente,
personas de criterio amplio y otras en el opuesto: rígido e inflexible. Las
primeras, son capaces de escuchar otros puntos de vista y sacar sus propias
conclusiones, mientras que las últimas son personas tan estructuradas, tan
encerradas en su cárcel de conceptos (a veces arcaicos), que no conciben la
posibilidad de modificar ninguno de ellos… Ni siquiera frente a una
argumentación contundente y en algunos casos ante las pruebas. La negación está
arraigada y si la persona no hace el esfuerzo de abrirse a otra posibilidad, no
habrá metamorfosis.
Nada productivo resultará conducir a una persona a
realizar cambios que no está dispuesta a ejecutar, esto repercutiría en un
determinado plazo desfavorablemente.
Si por ejemplo bajo condicionamientos, presiones,
exigencias y/o amenazas intentásemos cambiar algo que no nos agrada o conviene
de otro, quizás lograríamos el objetivo, dependiendo de lo que se pretende
modificar…pero ¿A qué costo? ¿Cuánto duraría algo que no se hace por
convicción? ¿No sería acaso una forma de coacción?...
Ese no es el camino. El único posible es el diálogo
y la apertura de las partes involucradas en determinado asunto, para poder
acordar armónicamente.
“Si quieres resultados diferentes,
haz las cosas que nunca has hecho”
Relaciones que se desgastan, vínculos tóxicos,
enfrentamientos y discordias por desacuerdos. ¿No es acaso eso un gran
indicador que HAY QUE CAMBIAR ALGO?
NO
CAMBIAR, PUEDE TAMBIÉN MARCAR UN CAMBIO
¿Por qué? Porque cuando alguien no se da la oportunidad
de contemplar otras opciones se está negando a su propia evolución. Y esa
decisión de no cambiar, es la que podría CAMBIAR nuestra vida de todas formas.
.Creer que solo
nosotros estamos en lo cierto es OBSTINACIÓN
.No aceptar
argumentación contraria a nuestro pensamiento es FANATISMO
.Excluir, alejar,
desairar, ofender o agredir a quien no piensa como nosotros es IRA e
INTOLERANCIA
.Maltratar, denigrar,
humillar a otros es BAJEZA INTELECTUAL
.Creerse superior, dueño
de toda verdad es SOBERBIA
.Ceder a la manipulación
de una pareja es FALTA DE PERSONALIDAD
¿Es acaso esto bueno para alguien?
¿NO ES HORA QUE TE ANIMES A CAMBIAR ALGO?
Date el permiso de mirar desde otra óptica y poder
sopesar las variables!!!
Estoy convencida que todos podemos aportar una gota y llenaríamos un océano con solo decidir contribuir a todo cambio para un mejor vivir de todos y cada uno de nosotros.
Somos los que creamos nuestro destino, y dicen que quien CREE, CREA.
CREEMOS ENTONCES UN MUNDO MEJOR!!!
Hasta la próxima!!!